Cotización en función de los ingresos

Estos últimos meses se ha planteado comenzar la transición a un nuevo modelo de cotización en función de los ingresos reales que sean percibidos de forma gradual a partir de este año nuevo 2021.

El sistema actual que regula las cotizaciones de los trabajadores por cuenta propia en nuestro país es a menudo tachado como injusto, por no tener en cuenta el nivel de facturación que generan las actividades económicas en el pago de los seguros sociales tanto de autónomos como de empresarios. Para dar una posible solución a esta situación el Gobierno formalizó el pasado mes de Octubre su primera propuesta hacia la cotización de autónomos en función de los ingresos reales, a pesar de contar con la oposición de algunos grupos de autónomos vinculados o de patronales como la CEOE.

Como ya ha adelantado el ministro José Luis Escrivá, se plantea un sistema por tramos que se ajustará a los ingresos reales y en la que el autónomo podrá elegir su base de cotización entre una máxima de 3.642 euros al mes y una mínima de 893,10 euros. Aunque, esto no afectaría a todos los autónomos, quedando fuera del mismo los colaboradores familiares, trabajadores por cuenta propia de oficio religioso, los acogidos al sistema de módulos y los autónomos societarios.

Este nuevo sistema permitiría reducir la cuota a los autónomos con menos ingresos, haciendo que el importe destinado a la Seguridad Social fuera menor cuando se percibiesen ingresos reducidos y se incrementen las cuotas siempre que se superen los 25.000 euros anuales de rendimientos netos. Esto implicaría que la mayor parte de nuestros autónomos no tendrán que pagar ninguna cuota superior y, de esta manera, se produciría un ajuste para reducir la carga fiscal de aquellos que ganan muy poco cada mes.

Esta nueva cotización en función de ingresos llega como solución al problema de muchos autónomos que, una vez agotadas sus reducciones y ayudas, no pueden hacer frente al pago de la cuota. Mientras que, otros con ingresos superiores, están cotizando por unas bases mínimas con respecto a sus ganancias. Gran ejemplo de esta problemática es la enorme brecha del 40% entre la media de pensión de un autónomo normal y la cuantía percibida por un trabajador por cuenta ajena.